domingo, 29 de abril de 2007

ALBORAIA, SALVEM L'HORTA DE VERA.

Con este artículo empezamos una serie en la que intentaré acercar los problemas que muchos colectivos de la comunidad están sufriendo a raiz de la especulación urbanística y la mala gestión de nuestros políticos que tanto a nivel medio ambiental como social estan haciendo mucho daño a nuestra tierra.
Hoy no nos iremos muy lejos de Valencia. Alboraya puede sufrir mucho (y por cercanía la ciudad de Valencia) si continua el plan que tiene previsto su alcalde, el señor Manuel Álvaro.

Este señor, en la linea de muchos políticos, quiere enriquecerse a costa de unos cuantos con la construcción de un centro comercial en la huerta de Vera. Situada entre el politecnico, la A7 y la Patacona. Huerta donde hoy se cultiva chufa con denominación de origen. A parte de ser el alcade de Alboraya, es el presidente de EGUSA (empresa municipal) y presidente de Alboraia Nou Centre Comercial. Parece que la motivación económica queda bastante clara con esto. Además hay previstas, por supuesto, viviendas y aumentar el puerto de Port Saplaya. Pero aquí no acaba todo. El alcalde ya ha firmado una cláusula de 100 millones de euros con las constructoras por si "por culpa del ayuntamiento" no sale el proyecto adelante. No sea que en las próximas elecciones no salga elegido. Así por H o por B, el representante del pueblo de alboraya , supuesto defensor de los intereses de todos sus ciudadanos, se lleva su parte de beneficio. Todo un pelotazo.

A pesar de ser urbanita también tengo un rinconcito de mi infancia en esa huerta del Camí de Vera. Era un preadolescente de 14 años cuando 3 amigos del barrio y yo solíamos un verano coger las bicis y, por el Camí de Vera, ir a la playa de Pobla de Farnals o quedarnos a mitad camino en port saplaya cuando no podíamos pedalear más por el calor. Cierto día yendo al centro comercial Alcampo a comprar una canasta y una pelota de baloncesto a un compañero se le rompió la cadena en medio de la huerta. Fue toda una odisea el poder remolcarlo con nuestras bicis y, mirando retrospectivamente, incluso peligroso. Pero aquel día soleado de Julio lo pasamos en grande. Nunca había tráfico. Mirabamos la acequia de reojo, guardando siempre las distancias. Una suave brisa marina se llevaba el sudor y toda preocupación. Aquella mañana de Julio, entre risas y bromas de vuelta a casa, la huerta de Vera se convirtió en parte de nuestra infancia. Una huerta que hoy corre el peligro de desaparecer solo por beneficiar económicamente a unos pocos políticos y a pesar de la negativa de los argicultores a vender. Suerte compañeros de Alboraya.

Más información: Cuadernillo informativo de la Asociación Salvem L'horta de Vera- Alboraia.
Artículos:Salvem l’Horta de Vera acusa al alcalde de Alboraya de ridiculizar al agricultor (las Provincias)
Alboraia pagará 100 millones a Alcampo si no se urbaniza la huerta (el Pais)

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